Listen Radiosmart / Anantaviolin

Dŏnar era muy diferente

Una triste historia de Dŏnar “El Guerrero”, 

Era un mundo común y corriente, con gente común y corriente, viviendo sus vidas como mejor podían.  Alegrías, tristezas, frustraciones, se entretejían en un paisaje no mejor ni peor que otros… Llegó arrojado por la pleamar de la vida un Guerrero-poeta; Dŏnar; El Guerrero. Profundo personaje con muchas heridas y muchas historias que contar. Aunque siempre tenía que reservarse algunas, por el temor a no ser creído, por no parecer pretencioso, por supervivencia... Mejor, no contaba todas sus historias.

Como todo nuevo personaje en un nuevo ambiente, trato de entender su entorno y hacer lo mejor que podía. Venia de un mundo onírico en donde la fantasía era un hecho cotidiano, en donde el amor era la fuerza creadora, no la destructora. En donde ser autentico y vulnerable era una cualidad, en donde amar era un privilegio no un estigma… A los ojos de todos, era demasiado tonto, simple, infantil, pero eso sí, entretenido… no sabía defenderse ni desenvolverse en este mundo, donde deberías de ser duro, frio y calculador Y en un sentido inteligente,…. El era demasiado primario y espontaneo, demasiado él.

Pero su espíritu combativo y fuerte lo impulsaba a hacer mucho más de lo que se esperaba de él… Intentaría ser uno más. Guardó su secreto. La poesía estaría destinada para los momentos íntimos, sus noches eternas, calladas y solitarias, inmensamente solitarias…. Sería su consuelo en la fría noche, sería su sol al amanecer… Seria ese paño bendito que enjugara su intima lagrima. Sería el recuerdo de esa cálida piel aromática rosando sus labios con infinita ternura y pasión. O esos excelsos momentos donde la bendición de la vida te hace entornar los ojos y una cálida corriente recorre todo tu cuerpo.

Empezó a tratar de entender este mundo donde había llegado…. Demasiadas cosas que no comprendía, pero perseveraba y daba su mejor esfuerzo….

Así pasaban los días…. 

Con sol; una sonrisa verdadera, cálido saludo, un intento de comprensión, un abrazo… Unas palabras bonitas con mucho contenido para sus semejantes.  Solo por ser eso;   semejantes…. Y realmente semejantes, porque Dŏnar era muy diferente…. Pero muy  semejante. 

Con Luna; todo era crudo, salvaje, animal, el dolor poblaba su espíritu, porque estaba solo, y añoraba la compañía de un delicado ser, reafirmando ese amor tan largamente esperado. La tibieza de una piel erizada deseando la locura de sus caricias, pero nada. 

Pero todo esto pasaba en sus campos de esperanza, en su más recóndito paraíso, en sus locas fantasías… mientras algunos soñaban con poder y riqueza, dominio, dinero, lujos e intrascendencias, el soñaba con un amor tierno, tibio, confortable, donde él pudiera ser el, sin tener que avergonzarse o esconderse o justificarse. Soñaba con un ser benigno y suave, comprensible, que lo amara por lo que es, no por lo que representara o tuviera. Que lo amara tierna y profundamente, no que lo necesitara nada más. Pues estaba harto de ser utilizado sin que nadie se fijara en su necesidad, estaba cansado de dar sin recibir… 

Bueno, pues los días de Dŏnar pasaban perseguidos unos por los otros… Dŏnar procuraba olvidarse de su mundo y concentrarse en el presente, su hoy… Aprendía como relacionarse, como trabajar y entregar lo que se pedía de él. Siempre con una sonrisa en la boca, siempre con una caricia en la mano. Aunque lo vieran diferente, el estaba convencido de que la fuerza del amor podría transformar todo…

Un día de tantos, mientras corría entre sus afanes y sus deberes, una bellísima imagen capturo todos sus sentidos. Un exquisito ser, una hermosísima mujer se cruzo en su camino, aunque ya la había visto y la conocía, esta vez un eléctrico rayo toco sus más profundas fibras. Sus sentidos se conmovieron. 

Una hermosa mujer embarazada se cruzo en su camino. Era ella, sin duda, donde había estado? Era ella. Sin duda… Un rubor casi explosivo lo atropello.  ¡Hola, Buenos Días! ¡Como estas?... Nunca pudo recordar que contesto… Un torrente de sentimientos, lo anclo al piso y un tumulto de palabras se embrutecieron en su cerebro… solo pudo decir, ¡Hola! En ese mismo instante se abrió una puerta en el infinito universo, y pudo ver el amor en toda su expresión, magnifico, eterno, divino, atemporal… Esa imagen se grabo con terca insistencia en lo más profundo de su ser… Que vio en esos ojitos saltarines? Nunca nadie lo sabrá… pero en ese momento un limpio, puro y profundo sentimiento le anego todo su ser, no sabía lo horriblemente doloroso que sería ese encuentro para el…

Pasaron los años, Dŏnar siempre recordaba esa imagen… Hermosa mujer con un vientre abultado, con un cuásar inmplotando en sus adentros. Con unas entrañas llenas de futuro, de vida, de amor. La veía pasar y sus fantasías se desbocaban, le encantaba su risa, aunque más de una vez la vio a punto de llorar… Pero que podía hacer un rancio y viejo guerrero ante un ser tan frágil y sutil?... Nada más observar desde lejos…. Desear… Imaginar…. Pedir…. Implorar a los dioses, Agnideva, Ganesh, Afrodita, Venus, Eros…. Tenía que apoyarse en algo conocido. 











No hay comentarios: