La Diosa Musa Bogotana llegó cansada, tendió su hermoso cuerpo sobre la hierba.
Los perfumes de las flores del Nirvana acariciaron su piel.
Inmediatamente germinaron trinos y cantos en su interior…
Amorosamente un tibio descanso la invadió completa, benévola enredadera.
El frío y la lluvia quedaron atrás, se quito las zapatillas mojadas y se relajó….
Hasta entonces se dio cuenta que la cubría una tierna sombra protegiéndola de las inclemencias, la sombra de un bacano guerrero lejano y distante, pero presente en todo momento…
Suspiró profundo antes de arruncharse pacíficamente y dejó que sus labios sintieran ese remoto beso imaginado…
Soñó...
... En la distancia el poeta se estremeció.
Los perfumes de las flores del Nirvana acariciaron su piel.
Inmediatamente germinaron trinos y cantos en su interior…
Amorosamente un tibio descanso la invadió completa, benévola enredadera.
El frío y la lluvia quedaron atrás, se quito las zapatillas mojadas y se relajó….
Hasta entonces se dio cuenta que la cubría una tierna sombra protegiéndola de las inclemencias, la sombra de un bacano guerrero lejano y distante, pero presente en todo momento…
Suspiró profundo antes de arruncharse pacíficamente y dejó que sus labios sintieran ese remoto beso imaginado…
Soñó...
... En la distancia el poeta se estremeció.
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